¿Cómo estudiar la Biblia?
Khesed El
Aclaración inicial:
Estudiar y aprender de la Biblia es algo progresivo; es de suma importancia estudiar la Biblia para entender lo que Dios nos quiere hablar, alimentar nuestra alma con ella y vivir conforme a la voluntad de Dios. ¡No tienes por qué ir rápido! Tómate tu tiempo y estudia con tranquilidad; debemos escudriñar la Palabra lo más profundo posible para aprender de la manera correcta. No tienes por qué saberlo todo, pero sí ir creciendo en conocimiento. Toma un tiempo para ti y Dios, sin distracciones, solo lo necesario para estudiar. El enemigo intentará distraerte o desmotivarte, pero tenemos la responsabilidad de negarnos a nosotros mismos y el Espíritu te irá guiando a Su verdad y a la correcta interpretación. Dejaré en otro recurso las aplicaciones o páginas web que pueden ayudarte a estudiar la Biblia de mejor manera.
Importancia de la oración:
Antes de iniciar tu estudio bíblico, es de suma importancia empezar con una oración. Lo más importante que debes pedir es la guía del Espíritu Santo (1 Corintios 2:10–16). Luego pide sabiduría (Santiago 1:5; Proverbios 2:6), inteligencia y entendimiento (Proverbios 2:3; 8:1), que el Señor te examine y renueve (Hebreos 4:12–13), y que todo lo que aprendas quede guardado en tu corazón y en tu mente (Proverbios 4:4–5; 20–21).
Cuando termines tu estudio, vuelve a orar agradeciendo a Dios por el tiempo y privilegio de poder estudiar la Biblia. Terminar tu estudio no significa desconectarte de Dios, sino meditar y vivir las enseñanzas que Él te brinda diariamente.
La Autoridad de la Palabra de Dios:
La Biblia es perfecta e infalible; en lo incomprendido, se confía en Dios; se permite que guíe la vida y se reconoce el error a la luz de ella (2 Timoteo 3:16). Este fundamento conduce a una exégesis adecuada. Jesús afirmó que las Escrituras no pueden ser quebrantadas.
La Biblia testifica de su propia verdad:
“La suma de tu palabra es verdad” (Salmos 119:160).
“Tus palabras son verdad” (2 Samuel 7:28).
“La palabra de verdad” (2 Timoteo 2:15).
“Estas palabras son fieles y verdaderas” (Apocalipsis 22:6).
La Palabra escrita es infalible e inerrante en todo. Negarlo es llamar a Dios mentiroso. Por eso, el creyente debe someter su mente a Cristo (2 Corintios 10:5).
No podemos pensar:
“Es santa, perfecta e infalible hasta cierto punto” → Aceptar la Biblia a medias es rechazar la autoridad de Dios.
“Inspirada, pero no infalible” → Decidir qué parte es verdad es ponerse como juez de la Palabra.
Negar su infalibilidad → Abre la puerta a distorsionar el mensaje y adaptarlo a gustos personales.
Estudio Bíblico: Fundamentos y Método Correcto:
La Biblia es uno de los libros más citados, pero también uno de los más incomprendidos. Muchas veces nos dejamos guiar por percepciones previas al leerla, teniendo una “verdad” preconcebida basada en lo que escuchamos de otras personas. Aunque en ocasiones la interpretación puede ser correcta, no es un secreto que en muchas iglesias se use la eiségesis para enseñar la Biblia.
Al momento de estudiarla debemos tener claros estos conceptos básicos:
Hermenéutica: ciencia que da los principios y enseña a dividir correctamente la Palabra de Dios según las leyes de interpretación.
Exégesis: explicar, interpretar; exposición o explicación; una interpretación crítica de un texto. El texto habla = tú lo entiendes.
Eiségesis: interpretación de un texto leyendo en él las propias ideas. Tú hablas = el texto dice lo que tú quieres que diga.
Para estudiar la Biblia debemos usar la exégesis y evitar tanto el pretexto, como ideas preconcebidas y la eiségesis. La hermenéutica tiene dos enfoques principales:
Enfoque literal o histórico-gramatical: Busca entender el significado original del texto según las palabras, la gramática, el contexto histórico y la cultura del autor. Es el enfoque más usado para estudiar la Biblia con precisión, porque se centra en lo que el autor quiso decir.
Enfoque alegórico o espiritual: Busca un significado más profundo o simbólico detrás de las palabras. Este enfoque interpreta el texto como enseñanza moral, espiritual o profética, más allá de su sentido literal.
Idioma Original (visión en el texto bíblico original):
Uno de los puntos más importantes para estudiar la Biblia es entender que fue escrita en tres idiomas. Debemos serle fieles al significado verdadero (en contexto) de la Biblia para evitar la malinterpretación del texto. La Biblia fue escrita principalmente en hebreo (Antiguo Testamento), arameo (porciones del Antiguo Testamento) y griego koiné (Nuevo Testamento). Cada idioma tiene matices, expresiones y giros literarios que muchas veces no se reflejan completamente en las traducciones modernas.
Pasos prácticos:
Palabras clave: Identifica la raíz y el significado original de palabras importantes.
Concordancias y léxicos: Utiliza herramientas como Strong’s, diccionarios bíblicos o interlineales.
Tiempos verbales y modos gramaticales: En griego, por ejemplo, los verbos pueden indicar acción continua, puntual o completada.
Figuras literarias hebreas: El hebreo es poético y repetitivo; presta atención a paralelismos y juegos de palabras.
Precaución: No busques un significado oculto o “secreto”. Siempre confirma con el contexto.
Enfoque Correcto para el Estudio Bíblico:
El estudio bíblico debe evitar el pretexto (forzar ideas propias en el texto) y la eiségesis (leer pensamientos personales en la Biblia). La meta es llegar a una exégesis fiel.
Todo estudio bíblico se basa en cuatro habilidades principales:
Observación – ¿Qué dice el pasaje? (ver con precisión).
Interpretación – ¿Qué significa el pasaje?
Organización – ¿Cómo encaja dentro de toda la Biblia?
Aplicación – ¿Qué significa para mí? ¿Qué verdades debo practicar y qué cambios hacer?
Cómo Observar el Texto Bíblico:
Se recomienda aplicar preguntas clave a cada pasaje o versículo, entendiendo que no todas aplican a todos los tipos de literatura bíblica.
Las 6 preguntas básicas (5W + 1H):
¿Quién? – ¿Quién habla? ¿De quién se trata? ¿Quiénes son los personajes principales? ¿Quién recibe el mensaje?
¿Qué? – Tema o evento del capítulo; enseñanzas, instrucciones y aprendizajes. Responde: ¿Qué dice el pasaje?
¿Cuándo? – Momento de los hechos: cuándo ocurrió o ocurrirá.
¿Dónde? – Lugar donde sucede o se dijo.
¿Por qué? – Razón o propósito de lo que se dice o sucede.
¿Cómo? – Forma en que sucede, se hace o se ilustra.
Estas preguntas son esenciales para interpretar correctamente la Escritura. Muchas veces se malinterpreta por no observar bien el contexto y dejarse llevar por pensamientos, emociones o enseñanzas ajenas (2 Pedro 3:16).
Otros recursos de observación:
• Palabras clave: aquellas que, si se eliminan, dejan el pasaje sin sentido. También aquellas que se repiten para enfatizar.
• Comparaciones y contrastes:
Contraste: compara cosas diferentes u opuestas, señaladas con palabras como: pero.
Comparación: muestra similitudes, señaladas con palabras como: como o como si fuera.
• Expresiones de tiempo: ayudan a entender la relación entre acontecimientos, señaladas con palabras como: hasta, entonces, cuando, después.
• Términos de conclusión: señalan el cierre del argumento o enseñanza, con palabras como: por lo tanto, por esta razón, finalmente.
• Lecciones de vida: el Espíritu Santo revela verdades que Dios quiere que conozcamos para examinarnos, enseñarnos y guiarnos.
• Aspectos culturales: analizar rituales, costumbres y actitudes en su contexto histórico, comparándolos con los estándares modernos para extraer aplicaciones correctas.
Cómo Interpretar el Mensaje de la Biblia:
Es necesario examinar las Escrituras cuidadosamente, dejando de lado presuposiciones, para entender su verdadero mensaje.
Recuerda el contexto:
Versos adyacentes: lo que está antes y después. Nunca de forma aislada.
El libro en el que se encuentra: propósito y tema general.
Toda la Palabra de Dios: la Biblia se interpreta a sí misma y no se contradice.
Contexto histórico: coherencia con el momento en que fue escrito.
Preguntas de verificación:
¿La interpretación es coherente con el tema, propósito y estructura del libro?
¿Es consistente con otras Escrituras sobre el mismo tema?
¿Se sacó de contexto?
¿Eso era realmente lo que el autor quería comunicar?
Cómo organizar las ideas:
La organización consiste en ordenar y estructurar lo aprendido, ubicando cada pasaje dentro del mensaje general de la Biblia. Esto permite ver cómo las verdades particulares encajan en el plan de Dios y se relacionan entre sí. Un texto no debe estudiarse de manera aislada, sino como parte de un todo mayor. Al organizar, se busca identificar el tema principal, los subtemas y su conexión con el propósito general del libro y de la revelación bíblica en conjunto. La organización también ayuda a distinguir lo esencial de lo secundario, evitando confusiones y permitiendo que el estudio tenga una dirección clara. De esta manera, se reconoce cómo cada enseñanza se enlaza con la historia de la redención y, en su meta final, con la persona y obra de Cristo.
La correcta organización del estudio bíblico implica verificar que toda interpretación esté en armonía con el resto de la Escritura:
Debe estar respaldada por las enseñanzas de Jesucristo en los Evangelios, por los Apóstoles en sus Epístolas y por la práctica de la iglesia primitiva en el Libro de los Hechos.
El Antiguo Testamento siempre debe entenderse a la luz del Nuevo Testamento.
Los Evangelios deben interpretarse a la luz de las Epístolas.
Los pasajes complejos deben entenderse a la luz de aquellos que son claros.
Ninguna interpretación puede contradecir otros pasajes de la Biblia, ya que la Palabra de Dios es infalible.
Finalmente, una interpretación correcta producirá fruto espiritual conforme a lo descrito en Gálatas 5:22-25.
Aplicando la Palabra en Nuestra Vida:
Este quizá es el punto más importante de todo; aprender de la Palabra pero no aplicarla es desperdiciar el aprendizaje. Santiago nos exhorta a oír y obedecer; conocer la Palabra sin aplicarla es engañarnos a nosotros mismos (Santiago 1:22–25). La aplicación nos permite ser transformados a la imagen de Cristo. Al aplicarla, es importante hacerlo de la manera correcta. Como hemos visto, el contexto cultural e histórico puede afectar la forma en que se aplica hoy.
Criterios para aplicar la Palabra:
¿Qué dice el pasaje? – Se interpreta correctamente el significado. Por ejemplo: "Oren sin cesar". No podemos inclinar nuestras cabezas, cerrar nuestros ojos y doblar nuestras rodillas sin cesar; esos son hábitos de oración, no la oración en sí. La oración es la comunicación con Dios, y podemos vivir cada minuto del día en una constante y fluida comunicación con Él.
¿Se aplica a personas, problemas culturales o momentos concretos? – Hay enseñanzas que se dieron bajo un contexto específico y que no necesariamente tienen la misma aplicación hoy. Por ejemplo, el uso del velo que Pablo indicó respondía a una situación cultural particular y no tiene vigencia universal en la actualidad.
¿Es coherente con el nuevo pacto? – Algunos mandatos cambian en su aplicación a la luz de la obra de Cristo. Un ejemplo es el Shabbat: en el Antiguo Testamento se guardaba el sábado sin realizar obras, pero ahora nuestro verdadero descanso se encuentra en la obra consumada del Señor.
Autoevaluación:
¿Qué debo cambiar? – Sea honesto: permita que la Biblia lo confronte y corrija lo malo. Esconderse no romperá cadenas.
¿Estoy obedeciendo? – Pregúntese si hay cosas que aún no ha puesto en práctica.
¿Tengo errores en mis creencias o comportamientos? – Identifique pensamientos o actitudes preconcebidas que deben ser corregidas a la luz de la Palabra.
El estudio de la Biblia es un camino continuo de aprendizaje y transformación. Cada pasaje examinado con cuidado, oración y discernimiento nos acerca más a la verdad de Dios y a vivir conforme a Su voluntad. Aplica lo aprendido, permite que la Palabra moldee tu corazón y tu conducta, y confía en que el Espíritu Santo seguirá guiándote a toda verdad. La disciplina en el estudio y la obediencia diaria son la clave para crecer en conocimiento y fe.
Referencias y fuentes consultadas:
Michael A. Heiser, ¿Cómo estudiar la biblia?
Webster’s, diccionario de inglés
Dr. L. Moody, ¿Cómo estudiar la biblia?.
Michael S. Heiser, comentarios bíblicos.
David Guzik, comentarios bíblicos en línea y libros de estudio.